Y ahí estaba yo… el 21 de noviembre del 2021, parada frente a un grupo de Chicas que Dios nos confió por su gracia, a punto de hablar sobre la contemplación a Dios, con la garganta seca, temblor en las piernas y la mente a mil del acelere, ansiedad y presión que me había generado junto con el Staff, todo el proceso de organizar este taller. Comencé entonces a hablar y no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta que algo andaba mal, me sentía desconectada de mi misma, de las chicas, del ambiente; era como que mi cuerpo estaba ahí, pero mi mente estaba en una lista de detalles que a mi parecer hacían falta para que todo fuera “perfecto”.
Fue entonces cuando en un ejercicio de adoración, el Espíritu Santo preguntó en mi interior, “estás disfrutando el camino?, estás disfrutando lo qué haces?” Y siendo honesta conmigo misma tuve que aceptar que NO estaba disfrutando nada de lo que estaba pasando, pues estaba tan ansiosa, tan nerviosa de que todo saliera “perfecto” que me olvide de ser hija y de disfrutar algo que mi mismo Padre celestial me había confiado para compartir. Olvide que yo no estaba dando cualquier lección/enseñanza, yo estaba impartiendo algo que he experimentado a flor de piel con Dios por su gracia durante mi camino con El y era estar en su presencia, pero estaba omitiendo el disfrutarla.
Así que el aprendizaje #1, fue entender que imparto lo que soy, no lo que hablo; pues una vez comencé a disfrutar la presencia de Dios en la sesión el ambiente cambio, las chicas estaban concentradas en lo que Dios estaba haciendo y hablando en cada una; yo logré re-conectar con Dios, conmigo misma y con las chicas y todo fluyó de una manera tan hermosa.
Pero aquí no termina todo, en los próximos días te seguiré compartiendo otros aprendizajes que obtuve. Continuará…..
BLOGGER: Laura Nieto
Fue entonces cuando en un ejercicio de adoración, el Espíritu Santo preguntó en mi interior, “estás disfrutando el camino?, estás disfrutando lo qué haces?” Y siendo honesta conmigo misma tuve que aceptar que NO estaba disfrutando nada de lo que estaba pasando, pues estaba tan ansiosa, tan nerviosa de que todo saliera “perfecto” que me olvide de ser hija y de disfrutar algo que mi mismo Padre celestial me había confiado para compartir. Olvide que yo no estaba dando cualquier lección/enseñanza, yo estaba impartiendo algo que he experimentado a flor de piel con Dios por su gracia durante mi camino con El y era estar en su presencia, pero estaba omitiendo el disfrutarla.
Así que el aprendizaje #1, fue entender que imparto lo que soy, no lo que hablo; pues una vez comencé a disfrutar la presencia de Dios en la sesión el ambiente cambio, las chicas estaban concentradas en lo que Dios estaba haciendo y hablando en cada una; yo logré re-conectar con Dios, conmigo misma y con las chicas y todo fluyó de una manera tan hermosa.
Pero aquí no termina todo, en los próximos días te seguiré compartiendo otros aprendizajes que obtuve. Continuará…..
BLOGGER: Laura Nieto

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