Hemos pasado a la tercera manifestación del perfeccionismo "La dependencia a la aprobación de los demás". Y es que una cosa es, el reconocimiento que describe Maslow en su pirámide, al descubrir que, una de las necesidades del ser humano es pertenecer y ser reconocido en un ambiente por los demás, y otra cosa es que se cree una dependencia tóxica de que los demás aprueben todo de nosotros.
Mi querida(o) perfeccionista en recuperación, probablemente entiendas de lo que estoy hablando, puesto que una de las cosas que motiva nuestra perfeccionismo, es justamente que nadie vea nuestras fallas, errores, caídas y de esa manera nadie nos pueda rechazar, o al menos esa es la mentira que nos creemos, pues al final, incluso haciendo siempre lo correcto en este mundo, podemos aún así ser rechazados... Así como lo lees, este sentido de ser perfecta para agradarle a todo el mundo y obtener su aprobación, es como correr detrás del viento, nunca va a cesar, nunca vas a lograr llegar a esa meta; pues siempre va a haber alguien que este insatisfecho o en desacuerdo contigo, que piense diferente a ti y lo que harás es correr, correr y correr sin llegar a ningún lado, pero si habiendo perdido todo el tiempo de tu vida, ocupándote de los demás, menos de ti misma(o).
Dímelo a mi... si he decidido abrir esta cuenta sobre el perfeccionismo, es porque conozco del tema y mas allá, lo he vivido en carne propia y por eso puedo decirte que se como se siente, cada síntoma, cada caída, herida, etc... y ahora que estamos hablando de la dependencia a la aprobación de los demás, puedo decirte que en ese punto tengo un master, e incluso, me atrevo a decir que he venido en un camino de rehabilitación en este aspecto, pues era ADICTA a la aprobación de los demás. Creo que en el momento donde floreció esta maleza en mi vida, fue cuando era niña y mis padres se separaron antes de casarse, pase a vivir con mis abuelos maternos y poco a poco mis padres fueron desapareciendo de camino de mi crianza, ahora siendo adulta, fue que entendí que la niña Laura percibió ese momento como abandono y desde esos momentos, creyó esta mentira "algo defectuoso debo tener para que la gente no me acepte", entonces como mecanismo de defensa, mi sistema emocional, creyó que la manera de combatir esto, era anularme yo para complacer a los demás y así nunca nadie iba a tener un problema conmigo y me iba a abandonar.
Quiero invitarte a que en este punto, no tomes esto que te he contado con lastima porque ciertamente es algo que ya he podido trabajar en mi corazón y sanar, incluso con mis padres a quienes amo, honro y ya he perdonado. Lo que quiero es empatizar con tu historia o la de otras(os) y sepas que no estas sola(o).
Luego de ese inicio, la aprobación sobre mí, se hizo cada vez más y más fuerte hasta llegar a la edad adolescente que fue donde estalló todo, convirtiéndose para mí la aprobación en una adicción en todas las esferas de mi vida. Yo vivía por y para lo demás y poco a poco fui perdiendo mis convicciones, creencias sobre la vida, mi esencia; es decir, casi que era como un camaleón, encajaba en todos los ambientes, pero a la vez en ninguno porque al final todo era una farsa, todo se trataba de fingimiento para que todos estuvieran bien menos yo. me creí el cuento, de que para ser amada y aceptada debía siempre dar algo a cambio, y esto por supuesto, demandaba todo de mí, mis fuerzas, mi tiempo, mis recursos, hasta mi cuerpo, manteniéndome en un estado de alerta y estrés todo el tiempo. Que calidad de vida es esa? creo que si hubiera seguido en ese ritmo de vida tan demandante conmigo misma, hubiese incluso podido morir antes de tiempo.
Si me preguntarás, quien es el culpable de todo esto? no tengo a quien darle la culpa, sino solamente a mi misma. Porque nadie me pidió hacer esto, yo misma era quien me estaba imponiendo esa carga sobre mi espalda al creerme la mentira que me tragué entera en mi niñez - No soy suficiente y por eso me abandonan -. Pero lo peor de todo no era anularme por los demás en cada ocasión que lo hice, lo peor de todo era darme cuenta que al final de todo, yo no lograba el objetivo que perseguía, no lograba sentirme amada.... Al contrario, mi corazón, terminó cada vez más lacerado que al inicio y poco a poco se fue endureciendo y llenando de amargura, pues me daba cuenta que muchas veces esos actos míos por recibir aprobación y amor a cambio, no eran recíprocos entre las personas que me rodeaban. Era de esperarse, porque principios como el amor, la aprobación y la aceptación no se intercambian bajo un trueque, simplemente fluyen de manera orgánica desde un corazón sano, generoso y bondadoso.
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