Hola de nuevo! Que bien se siente regresar, después de tanto tiempo. Quisiera darte razones positivas sobre mi ausencia, decirte que estuve emprendiendo muchas cosas nuevas, o estuve viajando de misiones por Oceanía o visitando orfanatos en Africa y demás, pero lastimosamente, no fue así. Estoy aquí para confesarte que, una vez más, caí es la trampa del autosabotaje y la procrastinación hace unos meses atrás. Si sigues de carca mi contenido en Instagram, ya te habrás enterado un poco más sobre la historia, pero hoy quiero poner sobre la mesa algunas cosas que requieren detalle y que creo que pueden traerte luz y ayudarte.
Como perfeccionistas en recuperación, el miedo es uno de nuestros compañeros de viaje más común, es un intruso que va con nosotros la mayoría de veces, sin ser invitado; y ese miedo, nos habla de diferentes maneras, ya sea, susurrándonos al oído, que la meta que estamos persiguiendo es demasiado difícil para llevar a cabo, que aún no es el tiempo propicio para llevarla a cabo, que puede ser que fracasemos en el intento, que puede ser que no seamos apropiados para dicha tarea, que puede ser que no tengamos todos los recursos necesarios para llevar a cabo dicha tarea, que no sabemos por donde empezar y por eso nos va a ir mal, en fin, estos y muchos más, son los susurros que el miedo nos dicta y que al final, logran uno de sus objetivos, el cual es el autosabotearnos.
Querida(o) perfeccionista en recuperación, el autosabotaje precede a la procrastinación, pues este viene a matar nuestra iniciativa, inspiración, valentía, impulso, energía y determinación para hacer algo y por ende termina saliéndose con la suya, con el hecho de que su víctima se entregue una vez más a la desesperanza, desilusión de sí misma, cobardía, zona de confort y ceda por completo a la postergación o procrastinación. Sin embargo, no se que es peor, si entregarse en manos del estancamiento o de la procrastinación, pues al menos, el estancamiento se deja ver como lo que es, una inercia, una inacción total, no se disfraza; sin embargo, la procrastinación, tiene una esencia un poco impostora, pues juega con nuestra mente, es decir, aunque no avanzamos hoy, por un momento nos hace pensar/sentir, que mañana si lo haremos, y al final, ese mañana nunca llega... lo ves?
Que bueno que no tenemos que elegir o meter las manos al fue, por alguno de estos personajes, porque la verdad es que entre el miedo, el autosabotaje, el estancamiento y la procrastinación, no hay alguno que se salve. Creo precisamente, que como perfeccionistas en recuperación, es bueno que los detectemos y les demos seguimiento sobre los momentos en donde salen a relucir en todo su esplendor en el escenario de nuestra mente y emociones, queriendo ser los protagonistas de todo, y así, siendo consientes de estos impostores, los llevemos al lugar donde pertenecen... la basura.
Durante estos últimos 9 meses, viví un proceso de autosabotaje y por supuesto luego llegó la procrastinación y se sumó a la cuartada. Este proceso me es muy familiar, pues vengo cargando con esto durante toda mi vida, hay momentos en los que el autosabotaje va y viene en mi vida... te pasa?; pero debo aceptar, que solo hasta ahora, decidí hacer un alto, ir profundo en mi interior y entender, porque viene pasándome esto. Así que, luego de sumergirme un poco en las profundidades de mi ser, pude reconocer que esto pudo suceder, por voces externas negativas que me acompañaron en algunos momentos de mi niñez y juventud y ahora todo lo que sigo escuchando es el eco de ellas en mi interior... Ahora bien, soy de las que apuesto a la autocompasión más no a la autoconmiseración, y por ende, aunque detecté dicha cosa en mi pasado, lo reconozco, lo acepto y prosigo hacia adelante con la gracia de Dios, recordando que soy en El, soy lo que El dice de mi y ni siquiera yo misma tengo el permiso de darme significado alguno, como mujer e hija de Dios que soy.
Así, que si me preguntaras, como puedes ganarle al equipo del autosabotaje y procrastinación, te diría, que antes de que salgas corriendo a comprar una nueva agenda en blanco, marcadores de colores, stickers, ordenadores para comenzar a planear mejor tu tiempo y tu semana, adquiere una Biblia y tiempo con tu creador y aprende a verte como El te ve, aprende lo que El dice de ti, medítalo, cómelo, digiérelo hasta que lo creas, hasta que creas en la criatura que tu creador diseño de ti. Luego de agotar este proceso, todo lo demás, comenzará a fluir y florecer, ideas, el querer como el hacer, la planeación, el orden, la disciplina, sabiduría, estrategia, determinación, autoestima correcta, etc...
De algo estoy muy segura y tengo la certeza de no equivocarme, y es de que, podrás invertir en un super coach, en herramientas de aprendizaje, organización y planificación, pero si no sanas las raíces que provocan este autosabotaje en tu vida y por ende que procrastines, este famoso equipo en algún momento va a volver a meterse en tu cancha.
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